Cutie and the Boxer (2013); un delicioso plato agridulce

Debería empezar diciendo que acabo de terminar de verlo y no entiendo si estoy conmovido por alegría o tristeza… en ese sentido este documental podría ser un auténtico y delicioso plato japonés agridulce.

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Cutie and the Boxer es la historia de una pareja de artistas japoneses que viven en New York: Ushio Shinohara (80 años) y su mujer, Noriko (59). El documental se basa en su relación personal. El director del documental y la cámara desaparecen absolutamente y son los protagonistas los que a través de sus experiencias cotidianas nos brindan una perspectiva de sus vidas. No es una historia romántica, en el sentido clásico y no hay espacio para lo cursi, esto es es la belleza (o no) de la vida misma, es la vida cruda: «El arte es un demonio que puede arruinar tu vida» confiesa Ushio en una de las escenas.

Pero más que la historia en sí, es la manera de contar la historia lo que más me gustó del documental. Es la dirección la que logra rescatar de una historia cotidiana ─aunque de personajes ricos y de una relación compleja─ perspectivas y emociones sobre temas como el proceso de creación del arte, la vida del artista entregado, el amor, la relación de un matrimonio longevo, el desarrollo ─o ahogo─ de la propia individualidad, los sueños incumplidos, los alter egos, el sabor nostálgico de la vejez y un largo etcétera que depende de lo que la subjetividad de uno esté dispuesta a volcar sobre la permisiva obra.

Ganadora de mejor dirección en el Sundance Film Festival 2013 y nominada a mejor película documental en los Oscar 2014 este es un convincente, íntimo, honesto y emotivo documental; brillantemente realizado por Zachary Heinzerling (obra debut); y protagonizado por una pareja de artistas muy especial. Para la colección.